Se va un año más y aún cuando parecen todos iguales, este último año lo he sentido pasar más de prisa y con muchos desafíos.
Para mi ha sido un año de nuevas experiencias en que abrí un blog en paralelo llamado "Tejiendo al Sur de Mundo" y que inicié en septiembre del 2013, recibiendo más de diez mil visitas hasta el día
de hoy. De las cuales estoy muy agradecida y para las cuales trabajo día
a día.
Sin dejar de tejer desde que tengo memoria, solo en estos últimos años
he proyectado tímidamente mi trabajo fuera del hogar. Admitiendo que he
sido afortunada, ganando buenos amigos que van en aumento.
A mediados de este año y ante la
insistencia de mis hijos, me decidí a mostrar mis tejidos por la
internet "viva, "es decir Facebook y Twitter. Sorprendiéndome gratamente
de la acogida por parte de personas de distintos lugares del mundo. Lo que
me llenó de alegría.
Y lo que más me motivó fue el interés de las personas por aprender. Soy una convencida de que el arte y sus oficios no morirán mientras alguien desee aprender y otro esté dispuesto a enseñar.
Comencé lentamente a armar tutoriales, mostrándolos también en el blog nuevo, para guiar con propiedad a quienes me solicitaron ayuda. Al tiempo que seguí mostrando mis trabajos en esta página con la esperanza de que fueran inspiración a quienes los hubieran seguido.
En lo personal junto a los tejidos he caminado cada día de este último año viviendo la
maravillosa experiencia de ver a mis hijos ya grandes que comienzan a
emprender lo que será sus nuevas vidas.
Mi hija
terminando ya su carrera elegida, que la convertirá en una mujer de
justicia con fuertes principios. Un poco rupturista, pero a la par de
nuestros días. A la vez que se va convirtiendo en una gran escritora,
algo innato en ella desde que aprendió a trazar sus primeras letras.
Pero por sobre todas las cosas en un espíritu indomable y libre que la
ha preparado para un mundo nada fácil que le tocará vivir. Es una gran mujer de la que me siento muy orgullosa.
Mi
hijo por su parte, va avanzando en su carrera de números y cálculos con
brillantes resultados que han despertado la admiración de sus
profesores, un gran respeto en sus compañeros y en algún momento también
la insidia de bajos espíritus amedrentados por la envidia. Pero su interior de profundas convicciones y valores le van permitiendo avanzar en la más difícil de sus tareas: ser el ingeniero de su camino que con orgullo veo crecer.
Por
mi parte, fue un año de lindos logros en el tejido que me animan a continuar, con mi espíritu inquieto que no dura mucho en una sola idea o en solo tipo de proyecto, sino que siempre quiere algo nuevo.
Y como siempre digo ... a tejer, tejer que es un placer ... ¿Veamos que nos depara el nuevo año?... ¿Me siguen?... ¡Muy feliz año 2015!