El telar de contramarcha, es tan antiguo como la historia. Sus orígenes se remontan a China, sin embargo son los escandinavos los que inspiraron los actuales telares de contramarcha de occidente.
La gracia de este tipo de telar radica en el conjunto de levas ubicado bajo los cuadros y que le permiten levantarlos y bajarlos en forma independientes unos de otros sin ninguna presión o tensión innecesaria. Lo que hace muy cómodo trabajar en este tipo telar.
Mi telar de contramarcha cuenta con sus dos juegos de levas, que se observan
debajo de los cuadros. Un grupo llamado marchas permite levantar los hilos de
diseño y el otro grupo de levas que se denomina contramarchas baja los hilos contrarios a los anteriores, para de esta forma abrir en el centro un espacio llamado calada.
Así las hebras de la urdimbre en un contramarcha sufren menos que un telar de solo levante, pues realizan la mitad del recorrido para abrir la calada 50% hacia arriba y un 50% hacia abajo.
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