Junto con agradecer todo lo bueno del 2018, arranco el año 2019 con mucha ilusión, pero también con algo de nostalgia al ver que mis hijos crecen y pronto partirán ¡Es la ley de la vida! No solo son grandes profesionales, sino por sobre todo son bellísimas personas, lo que me llena de orgullo y no dudo formarán lindas familias. Yo, por mi parte, seguiré acompañada de mis viejos telares.
Una urdimbre blanca en mi viejo contramarcha da el inicio al Nuevo Año. ¡Les deseo a todos un Feliz año 2019!